De unos años a esta parte seguro que has notado que en muchos sitios te hacen firmar una autorización para usar tus datos (dentro y fuera del mundo online). Esto ocurre porque para enviar un e-mail publicitario a alguien, primero debe obtenerse su autorización. Es decir, no se puede enviar nada a nadie que no te haya dado permiso expreso con anterioridad. En caso de hacerlo, se estaría incumpliendo la Ley Orgánica 15/1999, de Protección de Datos de Carácter Personal (la LOPD).
Sin embargo, esta «protección» no se aplica en el caso de los clientes de tu empresa, aquellos que ya han tratado contigo anteriormente. Es decir, aunque estas personas no te hayan dado autorización expresa les puedes enviar publicidad tuya (nunca de terceros).
En cualquier caso, siempre tiene que verse claramente que es un mensaje publicitario (por ejemplo, incluyendo la etiqueta [PUBLICIDAD] en el asunto del email o al principio del mensaje), indicar claramente quién está enviando el e-mail y por qué motivo, cómo has conseguido los datos del destinatario y cómo puede el usuario modificar o cancelar los datos que se tengan sobre él, así como ofrecer un sistema de baja de la lista de correo que sea sencillo y práctico.
Aunque estas exigencias hacen que no sea tan “fácil” crear una base de datos de emails para enviar publicidad, los buenos resultados de esta forma de marketing hacen necesario que la tengamos en cuenta en una buena estrategia online.
Y, mirándolo por el lado bueno, estas exigencias han ayudado a “limpiar” la bandeja de entrada de tus futuros clientes (que ahora reciben menos emails publicitarios no deseados), haciendo que sea más fácil destacar con los tuyos. Así que el esfuerzo de crear una buena base de datos, se traducirá en mejores resultados.