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De un tiempo a esta parte se oye hablar mucho de las impresoras 3D. ¿Qué son y cómo podrían revolucionar el mercado? Intentamos aclarar algunas ideas en esta entrada de nuestro blog.

Qué son las impresoras 3D

Son máquinas con capacidad para «imprimir» objetos con volumen. A partir de planos de CAD o de objetos 3D, y utilizando diferentes tipos de polímeros plásticos, se generan objetos completos o por partes (para ensamblar).

Esta tecnología ya se está utilizando mucho en medicina, ya que permite diseñar fácilmente prótesis a medida en el ordenador, y hacerlas luego realidad.

¿Llegarán al resto de usuarios de forma genérica o se convertirá en el nuevo “Laser Disc”? Lo cierto es que en nuestro país todavía no hay «boom» alrededor de esta tecnología, pero sí empieza ya a ser algo frecuente entre usuarios de algunos países desarrollados. Por ello, se ha generado un nuevo tipo de tienda onlineen la que no se venden productos, sino planos de productos y objetos 3D.

Los «pros» y el comercio electrónico

Las impresoras 3D podrían representar una nueva revolución en el mercado electrónico. Si esta tecnología se democratiza, podría llegar el momento en que una de las barreras para el comercio electrónico (la posibilidad de disfrutar de nuestras compras de forma inmediata), se elimine.

Evidentemente, no todos los productos se verían afectados con este cambio, por lo menos no con la tecnología presente. Pensamos, por ejemplo, en la comida, un producto con gran mercado online, que es imposible de generar con polímeros, o de perfumes, imposibles de «venderse por planos».

Pero en muchos otros casos, habrá que replantear productos para adaptarlos a esta tecnología: pequeños muebles, accesorios decorativos y personales, o, quien sabe, prendas de vestir. Y, como casi siempre, los más rápidos en adaptarse tendrán una ventaja para hacerse con el mercado.

Y los «peros»…

Pero no todos son ventajas. Como todo lo nuevo, las impresoras 3D han levantado dudas, suspicacias y debates. No hace muchas semanas, dio que hablar la posibilidad de que cualquier persona accediera a objetos «prohibidos»: una empresa presento unos planos de un arma de fuego. Sí, carísima y de plástico, pero dio que pensar a más de uno sobre dónde podríamos llegar.

Con un tono más jocoso, en Gizmodo se planteaba otro problema: si una impresora normal falla (¿quién no se ha peleado alguna vez con una?), ¿qué pasará con estas, cuya tecnología es bastante más compleja? ¿Qué tipo de híbrido saldrá si la impresora cancela a medias el trabajo? No dejan de sorprender  algunos resultados de proyectos truncados que exponían en este artículo.

Concluyendo…

En qualitystudio estaremos atentos a qué nos depara el futuro en este sentido y a ver cómo debemos adaptarnos a él. Lo cierto es que nos encanta ver como evoluciona la tecnología y como ésta alcanza nuestras vidas.

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