¿Cuál es la diferencia entre blog y redes sociales?

Un post en redes sociales tiene una vida corta (en función de la red social, desde unas horas hasta varios días). Después, los usuarios dejan de verlo. Se puede comprobar fácilmente a través de Instagram o Twitter, por ejemplo. En la página de inicio se muestran los últimos posts que han publicado los usuarios a los que seguimos. Pero no veremos una foto de hace un mes, por ejemplo. El usuario podrá ir a nuestra página de perfil y bajar para ver los posts más antiguos, si así lo desea. Pero en nuestra Timeline (la página de inicio) la información se actualiza «a tiempo real» y las publicaciones más antiguas no se le muestran.
Por eso, las redes sociales son ideales para inmediatez y anuncios con «fecha de caducidad»: ofertas y promociones, un aviso importante, compartir noticias de actualidad o nuevos posts de nuestro blog, etc. Como no siempre tenemos estos temas que publicar, se complementa con información general: posts prácticos, etc. El objetivo es que los usuarios que nos siguen nos vayan viendo de tanto en tanto, y se familiaricen con «la marca» (como ocurre con los anuncios en televisión).

El blog corporativo es más permanente. Es cierto que se ordena cronológicamente, pero la información está disponible para consulta en cualquier momento. Así que es el entorno más apropiado para publicar la información que se va a consultar a lo largo del tiempo. También sería un buen lugar para colgar artículos de opinión y similares (la actualidad se comparte en las redes sociales de forma inmediata; la opinión -más sosegada, con más tiempo- se comparte a través del blog).

Relacionado directamente con la «vida» del post, las redes sociales necesitan ser actualizadas mucho más seguido. Si un post tiene una vida de 2-3 días, lo óptimo es hacer publicaciones muy seguidas para tratar de asegurar que los usuarios nos irán viendo.

El blog no necesita de esos tiempos, porque las entradas no «caducan». Por lo tanto, podemos establecer una frecuencia que se adapte a nuestras necesidades. Dependiendo de nuestra temática y el tiempo que dispongamos, podemos hacer una entrada a la semana, cada 15 días, una al mes… De esta forma podemos ir abordando diversidad de temas sin agotar las ideas.

En general, en redes sociales la gente lee muy poco. Por eso, es importante que la imagen sea visual y basta con unas pocas líneas. En Instagram y en Facebook se puede llegar a 3-4 párrafos de texto, pero tienen que ser redactados ágiles, resumidos, punteando para facilitar la lectura, etc.

En el blog la gente lee más. Está allí para consultar algo que le interesa o le preocupa, así que la información más extendida es bienvenida. Además, como el blog está alojado dentro de la web, es información que Google también «lee», dándonos «puntos de calidad» y ayudándonos en el posicionamiento.

Se permite como opción compartir información de terceros: noticias de diarios de actualidad, artículos de blog de otras compañías, re-compartir en nuestro perfil posts de otros (por ejemplo, videos)… No es que sea obligatorio, porque es posible optar por poner única y exclusivamente información generada por nosotros mismos. Pero teniendo en cuenta el asunto de la frecuencia, muchas veces compartir información de terceros facilita mantener el ritmo de 3 publicaciones a la semana.
Además, cuando compartimos información de terceros, les damos visibilidad a ellos. Por ejemplo, si compartimos en nuestras redes sociales un artículo publicado en el blog de alguna sociedad o cualquier otro medio, hacemos que nuestros seguidores vean «su marca». Eso ayuda a crear «vínculos» de agradecimiento (son como menciones virtuales). Y muchas veces éstas se «devuelven» haciendo lo mismo (ellos nos mencionan en sus redes sociales a cambio, quizá compartiendo alguna de nuestras publicaciones) dándonos también a nosotros más visibilidad.
Por supuesto, parte de las publicaciones en nuestras redes sociales son nuestros propios artículos de blog. Porque muchos usuarios no vienen cada mes a la web a ver qué hay de nuevo. Así que les anunciamos que hay un nuevo artículo y les invitamos a leerlo.

En el blog los contenidos tienen que ser propios sí o sí. Es el lugar ideal para mostrar casos de éxito propios, redactar artículos o citar una noticia de actualidad añadiendo la opinión profesional.

Con esta diferenciación, queda bastante clara cuál es la función de cada uno de estos elementos concretos. Por decirlo de alguna manera, el blog sería el “campamento base” de nuestra empresa, mientras que las redes sociales se trabajan más con la inmediatez tanto propia como de los usuarios a los que nos dirigimos.