¿Qué ventaja tiene ubicar tu tienda física en un centro comercial? Está claro: el tráfico de gente que tendrás asegurado. Personas dispuestas a comprar, pues por ese motivo se encuentran allí.
Lo mismo ocurre en el mundo virtual. La gran ventaja de los marketplaces es la enorme cantidad de personas que los utilizan, facilitando la visibilidad de tus productos aunque la marca aún no sea conocida. Visibilidad, por cierto, ante personas dispuestas a comprar online.
Otra ventaja de estas plataformas es la seguridad que ofrecen al cliente. Mucha gente los conoce y los utiliza, y además los administradores ofrecen garantías adicionales a los compradores. Eso genera tranquilidad en algunos clientes indecisos, como por ejemplo aquellos que todavía no te conocen y por eso no se animan a arriesgar comprando directamente en tu tienda online.
Ahora bien, antes de lanzarse a vender en un marketplace es preciso valorar algunos aspectos. El primero son las comisiones. El uso de las mejores de estas plataformas no es gratuito (o quizá tengan una opción gratuita, pero está limitada a pequeños vendedores no profesionales). Cada una tiene sus condiciones y política de precios, pero en algunos casos no son baratos.
Otra cuestión a tener en cuenta es la competencia, con la que convives directamente en este tipo de venta online. Eso te obliga a conseguir que tu producto destaque de alguna manera (por precio, ofreciendo un valor diferencial o creando una prueba social). Cierto, esto es algo que siempre deberías tener en cuenta cuando vendes por internet, pero se hace más importante cuando en la puerta de al lado tienes situada a tu competencia.